Llegada de noche al camping.
Compartiendo aperitivos antes de cenar.
Preparando salchichas cortadas en espiral y servidas como brocheta.
El cerro Chichibali a la vista, con los primeras luces del día.
Aspecto del campamento.
Preparación del desayuno.
El joven Olivié pendiente de la partida hacia el Cerro Chichibalí.
Partida hacia el Cerro Chichibalí.
Camino directo al Cerro Chichibalí.
Indicador de una granja o kibutz.
Restos de una antigua casa hecha de barro.
Indicador de cría de peces.
En ruta por el camino.
El camino al cerro tuvo pronunciadas pendientes.
En algunas partes del camino se hizo indispensable el uso de cuerdas.
Detalle de los anclajes a los árboles de cuerdas utilizadas para la subida y bajada del cerro.
Alfredo tomando excelentes fotografías.
Detalles del camping.
Junior, nuestro guía, en la cima del cerro Chichibalí.
Araña posando en el Cerro Chichibalí.
Miembros de Tribu Guarumo en pleno descenso del cerro.
Detalle de una fruta con un color que contrasta con el entorno.
Guarumo.
Detalle del lateral de la cima del cerro Chichibalí.
Detalle de la cima del cerrro.
Detalle de nuestro campamento desde lo alto del cerro.
Vistas desde el cerro.
Fotos del miembros del grupo en la cumbre del cerro.
Foto del Grupo Tribu Guarumo en la cima del Cerro Chichibalí.
Obligado selfie de Manolo Zamora en la cima del Cerro Chichibalí.
En esta ocasión la subida al Cerro Chichibalí estuvo acompañada de acampada en las inmediaciones.
Por la noche tuvimos la suerte de observar un fenómeno muy difícil de ver llamado "duende de las tormentas." Hacía una noche especialmente clara que nos permitió observar la vía Láctea, que en Europa se la conoce como Camino de Santiago. A la vez se vislumbraban los destellos de tormentas que se alejaban hacia el océano Atlántico. Anotamos hasta cuatro destellos durante más de una hora de observación. El primero fue del tipo, fuegos artificiales como si fuera una palmera de color naranja. El resto fueron como ráfagas y hubo uno que parecía una lengua de lava. Nuestra compañera Queeny nos sacó de dudas sobre la procedencia de este fenómeno y su nombre. Se debatió sobre su origen exterior o asociado a las tormentas, finalmente era esto último. Yo sostuve erróneamente que estaba demasiado alejado del las tormentas como para ser del espacio exterior, en fin todo un descubrimiento y a la vez, una suerte haber estado allí para contemplar este espectáculo.
Felicitamos a los organizadores de esta caminata, especialmente a Nikki por el magnífico resultado en la programación. También se agradece el magnífico trato y comportamiento colaborativo de todos los miembros del grupo Tribu Guarumo. Ha sido todo un placer compartir esta experiencia.
Muy bien Manolo ;) siempre aventurero amigo
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracia Juan, a ver si te animas, además podemos ponernos al día, tenemos muchas conversaciones pendientes. Gracias de nuevo y muchos saludos.
EliminarMe encantaron las fotos :) muchas gracias por ser parte.
ResponderEliminarMuchas gracias Nikki, el agradecido soy yo por las oportunidades que me dais de participar.
EliminarMuchos saludos.